Eran dos amigos inseparables habían crecidos juntos,de donde venían pues nadie los sabia,  la cuestión esta, en que aparecieron en Puerto Cabezas en el año 1955 durante el auge económico  de este bello Puerto, el dinero corría por las calles venían  personas de todas parte de  Nicaragua, el puerto se había vuelto cosmopolita, lo mismo se encontraban en las calles gringos, cubanos, managueños, chontaleños, turcos y por supuesto los infaltables chinos con sus ventas de abarrotes, además la mezcla de etnia era palpable habían criollos, miskitos, sumos y por supuesto mestizos originarios de Puerto.

A los dos amigos nadie les sabia el nombre verdadero, solo les llamaremos a uno Bacilon y al otro Espiritu, a Bacilon le decían así por que era un moreno alegre, bailarín y parrandero se mofaba de haber leído todos los libros y de saberlo todo, nunca se le conoció un oficio determinado trabajaba aquí y allá, lo mismo lo miraban de estibador o a veces de mensajero,  limpiando un patio la cuestión era que sobrevivía  y la gente siempre le preguntaba por que si sabia tanto y se mofaba de haber leídos todos los libros, por que trabajaba en ese tipo de trabajo y el siempre respondía que el había llegado a Puerto Cabezas con una misión cosa que nunca quiso decir.

En cambio su acompañante era todo lo contrario a el, era muy flaco callado algunas veces se le miraba con un libro de tapa negra, la verdad era que Espíritu  era raro, decían la gente que era un brujo pero la verdad era un practicante de esoterismo, los libros que leía eran sobre las diferentes practicas religiosas paganas de los países caribeños y por supuesto sabia leer los astros, cosa que en ese tiempo se practicaba muy poco, años después se pondría de moda en todo el mundo, pero la gente decía que lo que leía espíritu era magia negra y que la practicaba .

La razón por la que habían llegado a Puerto Cabezas eran sumamente secreta e importante ellos tenían un secreto que  nadie debía de saber, buscaban un tesoro. Un buen día consiguieron un libro donde hablaban de los diferentes tesoros escondidos y que nunca habían sido encontrados uno de ellos era el famoso tesoro del Pirata Morgan escondido en la famosa punta bragman (historicamente  a Puerto cabezas se le llamaba Bragman Bluff) era un saliente que quedaba en la parte norte de Puerto Cabezas, era una especie de acantilado donde dicen que en una noche de luna llena Morgan y tres piratas escondieron  su botín  pero cuando se dio  por terminada la tarea de enterrar el tesoro el malvado pirata mato uno a uno y los enterró muy cerca del tesoro. La verdad es que nunca regreso a recuperarlo, pero muchos siglos después habían dos personajes dispuesto a encontrar el tesoro, Bacilon y Espíritu estaban dispuesto a llegar hasta la ultima con tal de conseguir el tesoro .

Y para eso escogieron una bella noche de abril, noche porteña. Noche de luna llena, noche caribeña donde la luna baña con su luz todo el mar caribe convirtiéndola en un mar de plata, y los porteños quedan extasiados viendo las bellezas que Dios nos dio, era  precisamente una noche de esas  como a las once y media cuando los dos amigos decidieron ir en busca del tesoro Espíritu y Bacilon se lanzaron caminando hacia la Bocana ya   habían pasado El Cocal la famosa comunidad miskita  donde han vivido los mejores estibadores de la ciudad, llegaron a la bocana y quedaron viendo el mar caribe contemplando  la belleza, belleza que por siglos a estado allí y generación tras generación se han extasiado admirando la naturaleza, comenzaron a caminar por la playa y al fondo estaba el famoso acantilado Punta Bragman, llegaron y comenzaron a subir, la vista era impresionante  por momentos Bacilon y Espíritu  se les olvido el tesoro pero salieron de su embelesamiento y se dispusieron a trabajar, Espíritu el mas entendido comenzó a ver para un lado y  para otro buscando un promontorio de rocas y al fin las vio comenzó a caminar por primera vez en su vida sonreía y le señalo el promontorio a Bacilon comenzaron a caminar de repente escucharon un lamento, un quejido un sonido gutural se quedaron viendo  pensaron que eran las tripas de ellos que traicionados por los nervios se les habían alborotado

Su sorpresa fue mayúscula cuando de repente vieron una figura que venia hacia ellos  por la distancia no le alcanzaban a ver la cara al principio creyeron que era alguien que por las noches caminaban por la playa, gente que venia de la comunidad de Tuapi pero fue Bacilon el primero que se dio cuenta que lo que venia no era ninguna persona, fue Bacilon el primero que se dio cuenta que lo que venia hacia el no era un ser de esta dimensión al contrario por su mente pasaron  todos los libros de terror que en su vida había leído  y esto no era un libro, esta no era su imaginación era una real y descarnada verdad; y por el otro lado Espíritu  quedo paralizado no se podía mover, las piernas flacas no reaccionaban y en su mente los libros de estudios esotérico buscando una explicación lógica de lo que miraba .

Los tres cuerpos caminaban entre lamentos, quejidos y la cara, la cara era una mezcla de huesos, carne podrida y dientes ennegrecidos, la luna permitía ver con nitidez la cara de los espantos, eran los piratas asesinados que en luna llena se levantaban a buscar venganza, Bacilon y Espíritu  comenzaron a correr, la subida de la Bocana se les hizo eterna, corrieron y corrieron hasta llegar al parque y allí los parroquianos que amanecían los vieron llegar corriendo, todos sucios, la ropa desgarrada y no podían hablar se quedaron sentados en una banca del parque hasta que amaneció, ciudadanos que pasaron por allí se compadecieron de los dos amigos a Bacilon que  descalzo contemplaba a la gente como hipnotizado le pusieron un saco para cubrirlo y a Espíritu  le pusieron una camisa manga larga remangada  y desde ese día los vemos andar por las calles uno leyendo una moneda y repitiendo “en dios confiamos” “confiamos en Dios “ leyenda que tienen a acuñadas las monedas nicaragüense y el otro carga su famoso libro de tapa negra, hoy en día la gente recuerda a  estos dos personajes porteños con mucho cariño y dicen que Bacilon quedo loco de tanto leer y que Espíritu quedo así  de practicar  magia negra.

Pero lo cierto es que como se equivocaron estos amigos en no ver mas allá de su avaricia por que el verdadero tesoro, de Puerto Cabezas son sus gente linda laboriosa, producto de una mezcla de sangre colonizadora e indígena, sus paisajes imponentes, su mar, su vegetación,  sus lagunas y el orgullo de ser porteño .                                                            

FIN

Puerto Cabezas 24 de marzo del 2004

Dedicado a Don Enrique Ubieta Monterrey  y a Cristóbal Raúl Álvarez Ubieta  hermanos entrañables que son ejemplo de amor, humildad  y sobre todo de honestidad gracias los quiero.